jueves, 24 de enero de 2008

FOTOGRAFÍAS

Y siempre soy la misma yo. Persigo una réplica de mí, varias de ellas en realidad, porque ya me rindo ante la innegociable esencia mía, que no me abandona. La verdad es que ninguna esencia está hecha para desnaturalizarse, yo sé eso, pero al menos uno espera agradarse más al revisarse, al recontarse. Encontrarse con imágenes e historias de las que sentirse orgulloso, de las que no tener miedo. Poder liberarse y pensar que ya está, aliviarse con el confort del conformismo. Pero no. No cambian en mí esas ganas de cambiar.
Reviso fotografías de los últimos años. Rostros repetidos, qué sé yo, cambiarán las ropas, los paisajes (y ni tanto), los cortes y colores de cabello. Otros, son rostros que estuvieron. O que ayer fueron los grandes desconocidos o ausentes y hoy están allí, obedeciendo la luz de la cámara y su ceremonia toda. Y me veo a mí, intentando calzar con esa sonrisa de niña bien y esos ojos grandes, con enmarque y encuadre perfectamente árabes, que siempre la traicionan a la sonrisa ésa y quizás sea así para materializar y dejarle bien demostrado, a todo quien quiera compartir un poco, esa contradicción íncita que cargo y enarbolo desde siempre y desde nunca.
Entonces me recuerdo, entre fotos, jadeante trepando hasta la Basílica del Sagrado Corazón en París, perdida entre las calles de esa pequeña urbe, ante cuyo encanto me rendí, y por eso esta vez no puedo opinar distinto de los demás, porque realmente es ésa una ciudad absolutamente hermosa y no se puede, categóricamente, sostener lo contrario; o sea, hay que ser un ser humano deshumanizado para no sentirse parte de París, porque ese sitio le da una especie de hogar –o se lo quita- a cualquiera que alguna vez en la vida haya sentido lo que es la nostalgia, el contraste entre las luces, las ideas y la oscuridad. Y quien no haya sentido eso: humano, por definición, no es. Y yo recorría París, y me mojaba la lluvia de París, y su viento helado me calaba los huesos y destrozaba mi mapa de chilena-turista-estudiante, que había sido comprado, con mucha esperanza, a un magrebí en un quiosco. Y mientras recorría París flotaba en el anhelo de lo maravilloso que era tener veinte años, y al mismo tiempo, sentirse dueño de uno aunque cargues grilletes de ostracismo animal o te alimente la furia contra tantos hijos de puta.
Y después me trasladé a Buenos Aires, y la ciudad me acogía no porque en ella encontrara esa pequeñez y armonía de los espacios hechos para concordar con los sentimientos del hombre, sino porque Baires y yo tenemos una historia y vicios en común, entonces también la anduve y corroboré cómo es que la lluvia la había ido gastando y cómo es que los porteños enfrentaban el nuevo Gobierno, y tuve la sensación de que todo seguía igual y nada cambiaba.
Quizás entonces la que cambiaba era yo. Pese a mi percepción de mi reflejo en las fotografías.
Y Temuco y mis padres y mi hermano y mi casa y mis carpetas y el cuarto, y todo lo que se detuvo hace ya tres años cuando me fui sin saber si iba a volver salvo a contemplar cómo permanecía y se oxidaba todo mientras yo lidiaba con mis recuerdos entre otros rostros.
Y Santiago y la vida que no da tregua, y el derecho y el metro y el pánico constante a un día no querer salir de la cama para jugar el rol de buena estudiante. Y el reloj que déle que suena y la esquizofrenia colectiva de los chilenos-santiaguinos, y el suicidio que se avecinaba, y mientras tanto todas esas cavilaciones más las ganas locas de huir al teatro y sentarme bien cerca de las tablas para conjugar las voces de los actores con sus pasos…
Y Pucón y el campo (o mi exponencial doble personalidad).
Y todo lo que hay para adelante.
Y Palestina. Porque Palestina necesita a la humanidad (y yo personalmente necesito a Palestina para darme algún sentido y que cobre algo de coherencia la utilización que hago del aire, del agua, del medio ambiente y de los recursos naturales. De los abrazos de mis amigos y de la imagen de pequeña niña que mi madre tiene de mí).
Entonces de no haber salido con ninguno ni besado a ninguno pasé a dejar de creer en todo y en todos. Cambié las ilusiones por cierta dureza en desarrollo, que no es natural pero es necesaria para evitar malos ratos, como los llama la gente. Todo creo que puede percibirse en las fotos donde mi rostro delata una ingenuidad perturbadora que se perturba de modos distintos a sí misma conforme el correr del tiempo. Y así fue como, por ejemplo, dejé de ser virgen, y contrario a lo que pensaba, o a como pensé que sería, no supe muy bien ni cómo ni cuándo ni por qué, y no me sentí tan distinta como para que fuera algo importante en la vida de una eso de “perder la virginidad”. Como creo que a nadie le interesó tanto como se suponía que les interesaría. Pero en cambio hay cuestiones que sí se instalaron para siempre en mí y pasaron a conformarme. Como el asunto anterior, tampoco están en las fotos. Pero no importa. En las fotos no está ni lo banal ni lo trascendental. Creo que en las fotos sólo está uno luchando solo por dejar un testimonio de su paso por los demás. Y sólo uno y los que lo quieren pueden dar sentido a las imágenes. El resto, las verá, pese a sus intentos, como muertas y no logrará jamás asociar, entre colores, olores y sonidos, a las miradas con las ambiciones y tristezas de cada uno y sus momentos.

martes, 22 de enero de 2008

GAZA RESISTE

Los judíos están llevando a cabo un holocausto en Gaza

Khalid Amayreh
annies-letters.blogspot
Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos



Los palestinos y las organizaciones de derechos humanos que operan en los territorios palestinos ocupados han acusado a Israel de llevar a cabo un verdadero holocausto contra el aproximadamente millón y medio de habitantes de la franja de Gaza a raíz de la decisión del ministro israelí de Defensa Ehud Barak de cortar completamente el suministro de combustible y la electricidad.Israel, que en 2005 retiró a sus fuerzas de ocupación y a sus colonos de Gaza, mantuvo el control de todos los pasos fronterizos de Gaza con lo que redujo el pequeño y superpoblado territorio a un inmenso campo de concentración.Después de que Hamas se hiciera con el poder en Gaza en junio de 2006 Israel endureció de manera drástica su castigo colectivo. El ejército israelí, que ejerce una influencia abrumadora sobre la clase política israelí, también ha estado llevando a cabo incursiones y ataques prácticamente diarios dentro de Gaza que en las últimas semanas han provocado la muerte y han mutilado a cientos de palestinos. Es ampliamente aceptado que la gran mayoría de las víctimas son civiles inocentes.El domingo 20 de enero más del 90% de los habitantes de Gaza pasaron la noche sumidos en una oscuridad total ya que Israel decidió cortar el vital suministro de combustible, con la clara idea de obligar a las masas a levantarse contra Hamas, que se niega a dar legitimidad a la ocupación israelí de la tierra palestina.La paralización casi total de las centrales eléctricas está teniendo unos efectos catastróficos y paralizando servicios vitales en toda Gaza.Fuentes hospitalarias han informado de muchas muertes causadas por la falta de electricidad."Ya no funcionan las máquinas que funcionan con energía eléctrica, como las incubadoras, los aparatos de diálisis y de respiración artificial, así como otros equipamientos médicos vitales para salvar vidas", declaró Omar al-Shawwa, un sanitario del Hospital al Shifa Hospital de la ciudad de Gaza.El hospital al-Shifa es el mayor de Gaza y ha estado operando en situación de emergencia durante dos años ya que Israel ha continuado restringiendo el suministro de material médico."Es verdad que los judíos no están mandando a nuestros hijos a los hornos, pero nos están matando con otros medios", afirmó un visiblemente deprimido Shawwa. "Quizá los europeos y estadounidenses no lo crean, pero es verdad que los judíos están llevando a cabo un holocausto contra nuestro pueblo".Las cámaras de televisión mostraron escenas que ponían los pelos de punta de niños palestinos moribundos cuya supervivencia depende de determinadas máquinas que funcionan con electricidad. En el norte de Gaza un niño paralítico se debatía entre la vida y la muerte mientras los miembros de su familia se turnaban para mantenerle la respiración utilizando un respirador manual.Mientras, altos cargos palestinos y de la ONU de Gaza han advertido de un inminente desastre que afectará a todos los aspectos de la vida de Gaza.Hasan Abu Ramadan, un economista palestino, afirmó que el actual desastre humanitario de Gaza iba a empeorar debido al actual bloqueo israelí al suministro de combustible y comida. Advirtió de que Gaza podría pasar de una situación de profunda pobreza a una hambruna, enfermedad y desnutrición totales.Abu Ramadan indicó que más del 80% del millón y medio de habitantes de Gaza está sobreviviendo gracias a la ayuda alimenticia suministrada por organizaciones internacionales como la URWA.John King, director de las operaciones de la UNRWA en Gaza, hizo otro advertencia urgente. Durante una improvisada conferencia de prensa celebrada en Gaza el domingo por la noche, King urgió a la comunidad internacional a intervenir inmediatamente para impedir que se produzca un inminente desastre humanitario.King señalo que civiles inocentes están pagando un alto precio a consecuencia del conflicto actual y afirmó que las panaderías han dejado de hacer pan y que hacía frío en los hospitales ya que los generadores de electricidad habían dejado de funcionar por falta de combustible."No hay medicinas, no hay papel, no hay cemento para construir tumbas, ni siquiera hay ataúdes para los muertos. También hay una grave carencia de alimentos y los precios de la comida que hay son muy elevados".King afirmó que ahora en Gaza todo el mundo tiene problemas, que se exacerban a medida que pasa el tiempo. Declaró que era una vergüenza que algunos círculos (en clara alusión a Israel y sus aliados) se estuviera justificando esta situación que vive Gaza."No tengo palabras para describir lo que está ocurriendo en Gaza".Mientras, los círculos israelíes de extrema derecha han hecho un llamamiento al gobierno israelí para que aniquile a los habitantes de Gaza.En los asentamientos judíos de la ciudad cisjordana de Hebrón y sus alrededores se ha visto a colonos judíos bailar de alegría por la tragedia de Gaza, y a algunos gritando en hebreo "muerte a los árabes" y "los árabes a la cámara de gas".Más temprano, algunos colonos que blandían armas automáticas atacaron a algunos palestinos y asaltaron de manera vándala sus propiedades en Hebron ante los ojos de los soldados israelíes de la ocupación que se limitaron a observar pasivamente. Se ha informado de que al menos 11 palestinos resultaron heridos, la mayoría de ellos con cortes, magulladuras y otras heridas menores.Desde que empezó 2008 el ejército de ocupación israelí ha matado al menos a 40 palestinos y herido a cientos de ellos, muchos de los cuales sufren daños crónicos.Este inmoral baño de sangre ha llevado al Relator Especial sobre Derechos Humanos de la ONU sobre la situación en los territorios palestinos ocupados, John Dugard, a criticar duramente el asesinato indiscriminado de palestinos que está cometiendo Israel.Dugard afirmó que Israel debía haber previsto la perdida de vidas y los daños infligidos a muchos civiles cuando atacó el edificio del ministerio del Interior en Gaza hace unos días.Las matanzas gratuitas, afirmó Dugard, "suscitan graves dudas acerca del respeto por parte de Israel del derecho internacional y su compromiso con el proceso de paz"Añadió que las atrocidades israelíes violan estrictas prohibiciones acerca de los castigos colectivos contenidas en la Cuarta Convención de Ginebra.