martes, 26 de agosto de 2008

traición

Hundo la nariz entre las sábanas y me quedo quietecita un momento, olisqueándome a mí, aunque suene redundante, tratando de definir en qué me he convertido a través de la parte de mi existencia que transcurre en el sueño. Estoy hecha un ovillo, debo parecer un gran feto amorfo, pero yo siento que estoy genial así, mientras mantengo la ausencia de aire que ya empieza a molestar y recuerdo aquellos tiempos no tan lejanos pero sí entrañables en que jugaba a pensar el futuro que siempre iba a transcurrir en el mismo país fantasma, país desconocido, país heredado, país lucha, país tierra, país mártir, país robado, país lejano, país nuestro donde yo podía estar fácilmente en esa misma posición pero no entre las cobijas sino que en el pavimento oliendo lejanos jazmines agónica en un charco de sangre. Iba a estar esperando un hijo. Muy delgada con el vientre lleno de un amor incondicional. Iba a estar muriéndome sin importarme porque iba a estar cumpliendo con entregar la vida para la liberación de los pueblos. Iba a sentirme conforme y no planeando quedar seca, como ahora. Iba a ser mujer, madre y guerrillera. Iba a ser Nadia.

No hay comentarios: