Un murmullo insolente proviene del cuarto
Ordenan agachar la cabeza y esperar, esperar en silencio
El cuello se flecta como en Contra la Pared, la película de Fatih Akin en que la joven turca inmigrante alemana agacha la cabeza flectando el cuello mientras escucha las reprimendas del padre
Esa escena es anterior a esa otra en que se corta las venas de las muñecas
Las ventanas están abiertas y te busco en las calles, pasando pasajero, absorto en tus pensamientos, feliz con libros y triste sin ellos
Mientras, una adolescente ensaya sonrisas frente al espejo en mi memoria
Sigo esperando
Las horas transcurren lento y el pecho se oprime
El tiempo pasa pero no
Te amaba pero no
Sangres, me imagino llena de sangres de colores
No estoy dormida pero una luz me ciega
Hay voces que no hablan y las ventanas están cerradas
Si no vomito me asfixiaré pero nadie lo sabe
Nadie sabe nada
En este país es mejor no decir
Me pregunto cómo sería al revés
Si hubieras venido solo
Si estarías muerto de miedo como yo ahora
Cómo me recordarías en la víspera
Abro los ojos al fin
Estoy rodeada de olores sin nombre
Esto no debería ser así
Hay cierta ligereza opresiva en las formas de la culpabilidad
Que se anuda la garganta al recordar los ayeres en la hierba
Inmerecedora de todo Por mi culpa Por mi culpa
Indigna soy de María, que es madre y luego mujer.
1 comentario:
Me gusta leerte, aunque sean cosas así, desgarradoras. La frase final me mató, también lo creo así. ¿Seré un aborto de la naturaleza por eso? jaja, también me da risa esa frase, estuvo notable en su contexto original, pero acá sirve igual. Te adoro, amiga mía, hermana en realidad... también ando desmereciéndolo todo y culpándome a cada rato, aunque no tenga tan claro de qué... maldito duende cristiano que nos carcome incluso si ya no tenemos religión...
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